martes, 16 de septiembre de 2008

Irresponsable jugueteo público de infundios

Luis Felipe Saidén Ojeda, el jefe de la SSP –o "secretario de seguridad"– del gobierno de Ivonne Ortega Pacheco está jugando con mi seguridad personal, la de mi familia, mis empleados, mis amigos y en general, con la seguridad de la gente que en alguna forma tiene relación con la propieda de mi esposa, la hacienda "Poxilá".

Saidén Ojeda en contubernio claro con la produraduría estatal (la PGJE), pretende hacer circular mi nombre como si tuviera algún fundamento para que "flote" como sospechoso de ejercer alguna acción criminal. Saidén y el gobierno del estado que preside Ivonne Ortega, hacen uso del pasquín más destructivo que jamás pudo haber surgido en sociedad alguna: el diario "Por Esto!"

Es un periódico cuya única línea es destruir. Aparentar que todo lo bueno es malo y que todo lo malo es bueno. El criterio siempre se basa en el grado de dominio que tengan sobre la persona de la que se van a ocupar. Si la persona no responde con un pago monetario en cantidades suficientes para satisfacer la ambición de quien se encuentra a cargo de la operación global, será tratada en forma denigrante, se le levantarán todo tipo de falsas acusaciones, se dirán cosas personales sin límite.

Todo se aplaca y las páginas dejan en paz a la presa cuando ésta suelta dinero en la cantidad solicitada. Hay toda una organización chantajista, con personalidades ad hoc para el trabajo que deben realizar. La extorsión es descarada.

Los protagonistas de sus páginas son generalmente empresarios exitosos, a los cuales es factible solicitarles buenas cifras. Estos empresarios tienen algún "pecado", algo que esconden en sus vidas o algo que no desean que se conozca públicamente: cómo se hicieron del negocio, a quién dejaron en pérdida cuando ellos ganaron a la fuerza, fraudes fiscales, etc. Un porestazo es un golpe desagradable y sólo se puede resistir cuando la persona tiene entereza total.

Mi caso es de los más peligrosos para esa organización delictiva editorial, porque soy de los que se han negado a pagar, sencillamente porque no tengo absolutamente un ápice para esconder en mi vida. A mis acreedores les pago y a mis deudores con mucha frecuencia les perdono. No encuentro en el valor del dinero sino la oportunidad de hacer y provocar que se haga el bien. Adoro a mis hijos y siento que ellos comprenden en dónde radica el valor de su padre como persona. Con mi esposa tengo diferencias, propias del hecho de que ella es hija de uno de los próceres históricos del partido político con el que no comulgo.

Saidén y la gobernadora Ortega están siendo irresponsables al jugar con insinuaciones que me puedan vincular con acciones tan profundamente delictivas y aborrecibles como el asesinato y decapitación de 12 personas el 28 de agosto de 2008 en Mérida, Yucatán. Mis propiedades, tanto las urbanas como las rurales, carecen de elementos especiales de seguridad. Mi familia sería altamente vulnerable. Sólo me calma pensar en el hecho de que los verdaderos empresarios de las sustancias prohibidas sí saben quiénes son "los otros".

Lo que Saidén y la Procuraduría del Estado de Yucatán no toman en consideración es que "jugar" con los cuentos y soltar información insinuante sólo puede resultar en que un grupo efectivamente lo crea y me ataque. Eso es lo que estas personas, altamente irresponsables, no están tomando en cuenta al jugar con información totalmente falsa.

Debo declarar en forma contundente que si algo me llegara a ocurrir a mí en lo personal o a algún miembro de mi familia o a algún empleado de la empresa que funciona en los terrenos de Poxilá, la culpa sólo sería, en forma total y absoluta, de Saidén y de la PGJE –con la consecuente responsabilidad de quien depende: la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco.

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